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7 marzo, 2019

[Artículo] Buenas prácticas para el trabajo en equipo

        Como en cualquier ámbito de la actividad humana, en las empresas, instituciones y organizaciones se generan productos y servicios que se originan por el trabajo de diferentes personas. La manera de organizar este quehacer es de gran importancia para la calidad de las tareas realizadas y por ende, para el prestigio, la credibilidad y la eficiencia de la empresa o institución.

La importancia de promover un ambiente laboral que estimule las mejores cualidades de las personas que participan, redunda en la calidad de las tareas realizadas y en el servicio ofrecido.

Sin pretender agotar todos los aspectos que intervienen en la vida y productividad de los equipos, me ceñiré a cuestiones que conviene tener en cuenta ya que es útil y necesario que se articulen. Son importantes las orientaciones claras y precisas. Al evitar la vaguedad de las directivas, se logra una mayor comprensión del porqué y para qué de las consignas y de las acciones. Esto facilita el compromiso.

Así también, el establecimiento y difusión de reglas y normas con suficiente antelación es saludable. Se debe evitar crear nuevas criterios de aplicación inmediata.  Es deseable que las “novedades” no traten de imponerse a último momento. Es deshonesto imponer –por asalto– resoluciones sobrevenidas.

El respeto por el tiempo de todos es fundamental. El tiempo no es un detalle baladí: es el único bien que no recuperamos. El más elemental respeto hacia el otro se demuestra en la consideración hacia su ritmo de trabajo. Los buenos organizadores de la gestión saben reconocer la pluralidad de maneras de ser, así como distribuir los ritmos de trabajo del personal al mismo tiempo que respetan la autonomía de trabajo de cada integrante del equipo.

La coherencia entre la norma y la práctica es otro aspecto clave. Cada una de las actitudes que se quiere estimular debe estar respaldada por acciones que tiendan y faciliten el llevarlas a cabo. El cultivo de la crítica constructiva como aportación valiosa también lo es. Nadie mejor que quien tiene en sus manos una tarea, una sección o un departamento, para generar ideas de cómo mejorar los procesos. En este sentido, cualquier organización es una oportunidad para innovar y mejorar tanto la eficiencia como la eficacia.

El respeto a sugerencias y reclamaciones de determinados sectores de la empresa fortalece la idea de conjunto. Las oficinas o departamentos feudo son una lamentable práctica que lastra el buen avance de cualquier organización. Es conveniente que los equipos de dirección tengan amplitud de miras para aglutinar diferentes perspectivas de acción, brindando un marco coherente, permisivo y creativo. 

Hay que recordar que el todo es mucho más que la suma de las partes y que el espíritu de equipo es un proceso que se construye día a día. Como dice un proverbio africano: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.

Lea el artículo publicado en el diario El Peruano el 06/03/2019

Sobre el autor:

María Percaz

Docente de la Escuela Profesional de Psicología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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