El Santo Padre, en el Motu proprio Vos estis lux mundi, señala que para que los abusos sexuales contra niños y niñas no ocurran más “se necesita una continua y profunda conversión de los corazones, acompañada de acciones concretas y eficaces que involucren a todos en la Iglesia, de modo que la santidad personal y el compromiso moral contribuyan a promover la plena credibilidad del anuncio evangélico y la eficacia de la misión de la Iglesia [1]”. Así, es responsabilidad de todos los creyentes, desde nuestros diferentes roles, posiciones y ministerios, responder a este llamado y trabajar para que nuestra Iglesia sea un lugar seguro y de promoción de la cultura del cuidado.
Es respondiendo en este contexto, que la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, de Lima (Perú), con la colaboración de Kindermissionwerk y siguiendo los principios generales del Centre for Child Protection, crea el Instituto de Protección de Menores y Personas Vulnerables. Este instituto busca sensibilizar sobre el daño que produce la violencia contra niños, niñas y adolescentes, promover espacios de formación y diálogo que ayuden a prevenir la violencia en todas sus formas y generar ambientes seguros y saludables para todos y todas.
Además de estas acciones, para nuestro Instituto será central la investigación sobre violencia, sus causas, elementos culturales que la sostienen, consecuencias y formas de prevención, de manera que podamos generar conocimiento pertinente y actualizado que permita profundizar en la comprensión de este fenómeno e intervenir de manera más eficiente en él.
Esta es una demanda urgente en nuestro país, en que la violencia está normalizada y extendida. Según la encuesta ENARES [2] de 2019, el 68,9% de la población encuestada en el Perú de 9 a 11 años habría sufrido de violencia psicológica o física al interior de la familia y este porcentaje se elevaría al 78% en las personas de 12 a 18 años encuestadas. Por otro lado, las estadísticas del Programa Aurora [3] señalan que el 22% de los casos atendidos en relación a niños, niñas y adolescentes, fueron por violencia sexual (sin incluir trata de personas o explotación sexual). La realidad en el Perú es, entonces, retadora y demandante. Y no se puede responder a ella en solitario. Por eso el Instituto de Protección de la Ruiz nace con la convicción de que es necesario establecer redes de trabajo, de investigación y de apoyo mutuo para poder enfrentar esta problemática.
Como dice el Santo Padre en la Carta al pueblo de Dios que peregrina en Chile “Su participación activa no es cuestión de concesiones de buena voluntad, sino que es constitutiva de la naturaleza eclesial. Es imposible imaginar el futuro sin esta unción operante en cada uno de Ustedes que ciertamente reclama y exige renovadas formas de participación”. Como católicos, no podemos permanecer indiferentes ante los abusos, debemos dar una respuesta cristiana, humana y evangélica que ayude a que en nuestro país nos volvamos a acercar a los niños y niñas como lo hizo Jesús: reconociendo su dignidad, su voz y con un profundo amor y respeto. Este es el tipo de respuesta que el Instituto de Protección de Menores y Personas Vulnerables quiere dar y promover.
[1] Francisco I Carta apostólica en forma Motu proprio “Vos estis lux mundi” 7 de mayo de 2019. Disponible en: https://www.vatican.va/content/francesco/es/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio-20190507_vos-estis-lux-mundi.html
[2] Encuesta nacional de relaciones sociales realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI)
[3] Programa nacional para la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar.
Artículo publicado el 16/06/2021 en Centre for Child Protection (CCP) de Roma
Sobre el autor:
Dafne Zapata
Directora del Instituto de Protección al Menor y Personas Vulnerables (IPMEP)