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2 agosto, 2019

[Artículo RPP] Miguel Flores: Tres frases de Olaechea

Breve análisis a la desafortunada entrevista que brindó Pedro Olaechea, que no augura un buen futuro para el congreso.

La entrevista a Olaechea, hecha por Rosana Cueva en Panorama, al día siguiente de su elección como presidente del Congreso, nos ha dejado varias joyitas. La primera de ellas ha circulado rápidamente por las redes, él afirma, refiriéndose a la mujer, que: “el único lugar donde se relaja realmente es la peluquería.” No solo hace lujo de una mirada distorsionada sobre la mujer, de la que luego ha tomado conciencia y se ha disculpado, sino que también nos da una muestra de la forma en que razona. Para el señor lo relevante de esa afirmación, que señaló como un hecho, era que convierte al negocio de la peluquería en indicador económico.  De acuerdo a la construcción de su argumento eso es lo que realmente importa. Ahora, quiero prestarle atención a lo que queda desatendido en esa afirmación.

En el caso hipotético de que dicha afirmación fuera verdadera, que la mujer solo se relaje en la peluquería. Tendríamos al frente una situación mucho más importante que un indicador económico (carente de sustento y rigurosidad alguna). Tendríamos la evidencia de un muy serio problema social, sería una muestra elocuente de la radicalidad del machismo que no permitiría a las mujeres desenvolverse cómodamente en otros lugares; sería una terrible realidad de la vida de pareja, donde la mujer debe buscar confort fuera de ella; sería el fracaso del espacio familiar que se convierte en un lugar carente de confort para su miembros. Pero nada de esto le llama la atención sobre su propia afirmación. Señala como hecho que la mujer no tiene lugares de confort más que la peluquería y eso parece no ser reconocido por él como un problema social sino como una condición más de la vida.

Pero la frase más famosa no es la única relevante. Sobre sus opositores afirma “Yo tengo los cancerberos… que obviamente felicitan las muertes de Sendero, les encantan las bombas, las muertes, los niños descuartizados. Eso sí.  Ellos son los que me atacan.”  Observamos que trata de trasmitir la idea de un mundo escindido (mecanismo de defensa por el cual una representación compleja se separa en dos polos opuesto, Bueno- Malo).  Se separa artificialmente dos bandos: los buenos que le apoyan y los malos que lo critican. Y esos malos que le critican los presenta como tremendamente sádicos, parece aludir al terrorismo, repitiendo la clásica estrategia de descalificar al enemigo inventando terrucos donde no los hay. Entonces su discurso configura un escenario irreal y sin puntos medios. Quienes me critican son el mal encarnado. Los que están conmigo están del lado del bien.

Llama la atención como luego, para no responder algunas preguntas, señala que él no puede especular pues representa a todo el Congreso.  Me pregunto yo,  ¿cómo alguien que mide a sus detractores de manera denigrada y satanizada será capaz de representar más que aquellos que ya estaban de acuerdo con el desde un comienzo? Alguien que se jacta de representar a un grupo variado debe tener la capacidad de tolerar opiniones diferentes.  En este punto Olaechea da la impresión de no ser capaz de tolerar la diferencia. No llama la atención que se reconozca como un conservador.

Por último, cuando la entrevistadora intenta hablar sobre el tema de la corrupción Olaechea interviene de la siguiente manera.  Señala primero 44 casos que el Congreso ha denunciado y afirma no entender porque la investigación no avanza y luego agrega: “Pero el tema económico si es preocupante” A partir de ahí la entrevista se aleja del tema de la corrupción.  Para pasar hablar sobre como logro los votos para la presidencia del Congreso en relación a la cuestión económica y sobre como él habría “extendido la mano para trabajar” con el Ejecutivo (extendida de mano a la que alude constantemente, pero sobre la que no hemos visto mayores acciones que reclamos al Ejecutivo).  Pero quiero resaltar la forma en la que cambia de tema.  Hablando de la corrupción señala “Pero el tema económico si es preocupante”. ¿Es decir, la corrupción no es un tema preocupante para él?  De ser así, no llamaría para nada la atención que encuentre puntos de acuerdo con las bancadas y los congresistas más cuestionados por esos temas. De este modo utiliza la preocupación por la economía para cambiar el foco de atención y llevar la entrevista al terreno que él desea.  Nadie duda que la economía es relevante. Es más, es un tema fundamental, pero no hay necesidad de que este se imponga sobre otros temas que también son sumamente relevantes.  ¿Pero qué necesidad tiene Olaechea de hacerla competir para opacar el tema de la corrupción? ¿Se convertirá la alusión al problema económico en su caballito de batalla para opacar otros temas relevantes?

 

Artículo publicado en RPP.pe

Sobre el autor:

Miguel Flores Galindo 

Jefe de la Oficina de Formación Humanista de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

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