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13 septiembre, 2021

[Artículo RPP] Alonso Cárdenas:  Lima al fondo de la tabla

Los desafíos de la capital peruana son de tal magnitud que ya no requieren cambios superficiales o cosméticos, sino una transformación total, una refundación en la manera de hacer y vivir la ciudad.

 Durante la segunda vuelta de las últimas elecciones presidenciales existió una división geográfica sumamente marcada, Lima vs el resto del Perú. La capital claramente apostaba por el continuismo ante la histeria del fantasma comunista. Considerando el contexto de uno de los países más centralistas de América Latina, varios analistas señalaban que la capital se había beneficiado considerablemente del modelo económico, y esa era una de las razones que explicaban el enorme distanciamiento. Los resultados electorales confirmaron la brecha entre las regiones con la principal metrópolis del país. En Lima, Keiko Fujimori obtuvo el 64% de los votos, mientras que el candidato de Perú Libre solamente el 35% ¿Realmente Lima ha dado un salto hacia adelante? Veamos.

Nuestra capital se ubica en el puesto 75 de 82 en el Ranking de Ciudades para Expatriados 2019. Además es la única ciudad de la región que se encuentra en los últimos 10 lugares. Lima ocupa una ubicación muy mala en el Índice de Calidad de Vida Urbana (79), solo por delante de Yangon (Birmania), Ciudad de Kuwait y Lagos en Nigeria. Casi tres de cada cinco encuestados (57%) están descontentos con el transporte público, frente al 19% a nivel mundial, y cerca de tres de cada diez (29%) se preocupan por su seguridad personal (frente al 9% a nivel mundial).

A su vez, el Air Quality Life Index (AQLI) de la Universidad de Chicago, señala que nuestra ciudad tiene la peor calidad del aire en América Latina. De acuerdo con esta investigación recientemente publicada, lo que respiramos es de tan mala calidad que nos roba 4.7 años de nuestras vidas. Las ciudades colombianas de Bogotá y Medellín, que siguen en el ranking, “apenas” reducen 2.3 años la expectativa de vida de sus ciudadanos.

Por otra parte, el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada del año 2019, elaborado por la organización Lancet Countdown, señala que la capital peruana tiene solo 0.16 de exposición a espacios verdes, lo que la coloca en la última posición de América Latina. El citado estudio cuantifica la exposición a espacios verdes en 468 centros urbanos de más de un millón de habitantes.

En relación con el impacto de la pandemia, la red WIEGO presentó este año un informe donde señala que el 63 % de los trabajadores informales limeños "pasaron hambre" y fueron los “más afectados" de todas las ciudades del mundo donde se llevó a cabo el estudio. La coordinadora de la investigación revela que las cifras de seguridad alimentaria son "alarmantes" en la capital del Perú. En esta línea, data recogida por el  INEI a familias de Lima Metropolitana y Callao, halló que un 14% de hogares declaró no haber podido comprar alimentos con contenido proteico como carne, pescado y huevos. Esto equivale a por lo menos 1 millón de personas.

Sin embargo, desde mi perspectiva lo más grave lo identificó el Índice de Riesgo de las Ciudades 2015-2025 del mercado de seguros inglés Lloyd’s. Según esta fuente, Lima es la ciudad más vulnerable ante sismos de gran magnitud a nivel mundial, calculando pérdidas de alrededor de 35 mil millones de dólares. Es importante recordar que el experto Miguel Yamasaki señaló que en caso de terremoto, hay 6 millones 135 mil personas en alto riesgo, mientras que 1 millón 478 mil están en condición de muy alto riesgo. Es decir que en Lima existen 7 millones 614 mil personas en peligro ante un evento extremo. De igual forma, Grade halló que el 93% del nuevo suelo urbano creado desde el 2001 corresponde a urbanizaciones informales, una gigantesca bomba de tiempo.

A manera de conclusión, la evidencia expone dos puntos a destacar. El primero es que los beneficios del modelo económico, si se le puede llamar así, no han tenido mayor impacto en los principales indicadores vinculados con la calidad de vida de los limeños. Segundo,  que los desafíos son de tal magnitud que ya no requieren cambios superficiales o cosméticos, sino una transformación total, una refundación en la manera de hacer y vivir la ciudad.

Lea la columna del autor todos los jueves en Rpp.pe

Sobre el autor:

Alonso Cárdenas

Docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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