Marisol Vargas, docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), participó en un informe de La República. En su intervención, analizó el gabinete Álvarez y los primeros días de mandato de José Jerí.
Para la especialista, las acciones del presidente sobre una posible restructuración policial responden a una estrategia premeditada, con la finalidad de verse cercano a la población. Por ello, agregó, el mandatario se muestra en actividades como las procesiones, la visita a penales, entre otras.
“Más que ‘reflejos’, considero que han sido reactivos. Llámese a eso una estrategia para desviar la atención o quizás un rezago de voluntad para aprovechar los meses que les quedan de gestión. El presidente busca proyectar una imagen activa y cercana: visitar penales, cargar andas, usar hábitos. Sin embargo, es difícil determinar la causalidad detrás de esas acciones", detalló.
La politóloga UARM considera que la narrativa pro gobernabilidad, sostenida por un sector del Congreso, responde a abogar a favor de Jerí y sus ministros. Además, señaló que algunos miembros que conforman el gabinete de Álvarez tienen vínculos con el Legislativo.
"Debe quedar claro que ese gabinete fue conformado por ministros que representan a más de una fuerza política, con cierto nivel de correspondencia en el Congreso. Bajo esa lógica, la eventual concesión de la confianza responderá al interés de mantener una estabilidad bastante peculiar, al menos en el corto plazo”, explicó.