El Foro de Comunicación y Violencia de Género, organizado por la Escuela de Periodismo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya junto a Concortv, Calandria y WACC, evidenció los desafíos del tratamiento periodístico para este tipo de noticias. Aún no se han superado la espectacularización ni el dramatismo de la representación de las víctimas y de los hechos. Por ello, las especialistas enfatizaron que se debe continuar con el análisis de los discursos mediáticos para evitar que refuercen estereotipos y lograr que contribuyan a la comprensión de fenómenos como los femicidios.
Vanessa Laura, especialista en género del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual del MIMP, dio cuenta de los factores sociales relacionados con la violencia de género que no siempre son mencionados en los medios de comunicación. Aspectos como la desigualdad social, la pobreza y el uso normativo de la violencia para disciplinar. “En nuestro país, la tolerancia social a la violencia alcanza al 54.8%, según la Encuesta Nacional de Relaciones Sociales (Enares) del 2015, es decir, cinco de cada diez personas no rechazan la violencia”, expresó.
Para Miriam Larco, secretaria ejecutiva del Concortv, la autoregulación no está funcionando. Cada día se presentan imágenes que atentan contra los derechos de las personas y que no tienen un interés superior, es decir, no ayuda ni a la prevención ni a contar con información de valor. “En nuestro país, la violencia es tratada como entretenimiento policial. Se dramatiza porque no se pude mostrar a la víctima. Los periodistas creen que presentando así la violencia la están poniendo en agenda pública, no lo hacen de mala fe. Entrevistan a familiares para que nos conmuevan, piensan que necesitamos ver imágenes más fuertes para decir basta”, señaló.
Marisol Castañeda, directora ejecutiva de ACS Calandria, compartió un estudio que revela que los medios impresos visibilizan más al feminicida mientras que la televisión; más a la víctima. Predomina el enfoque descriptivo y sensacionalista, en lugar del enfoque de derechos humanos y género. Se centran en la pelea y el conflicto. “Hay avances, pero falta rigor informativo. La indignación en los medios no va acompañada de un mejor tratamiento periodístico. Los medios pueden orientar a la ciudadanía a prevenir los feminicidios, también ayudar a explicitar las creencias y estereotipos que causan la violencia. Es muy importante la contextualización de los hechos, no solo un recuento porque eso parece un manual de cómo ser un feminicida”, enfatizó.