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22 febrero, 2019

[Artículo RPP] “Ñawray” es diversidad

Un enfoque intercultural en la educación superior permitiría ensanchar las fuentes teóricas para encontrarnos con otras academias, además de las norteamericanas y europeas.  La revista Ñawray, editada por estudiantes indígenas quechuas y amazónicos, es un claro ejemplo del desarrollo del pensamiento crítico y es un aporte para la transformación de la sociedad.

A cien años de las reformas universitarias de Córdova cabe reflexionar sobre la universidad peruana, en particular a la luz de las reformas neoliberales tras el consenso de Washington y del acuerdo de Boloña en 1999 que apuntan a la privatización y mercantilización de la enseñanza universitaria.

Me atrevo a afirmar que la universidad como institución social es una de las más colonizadoras que existen, a pesar de que su inicio en el mundo occidental fue a demanda de los estudiantes y su necesidad de aprender. En nuestro país, la UNMSM, decana de América nace en la colonia en 1561 y va transformándose en consonancia con los tiempos, sujeta en los últimos años a los requerimientos del mercado y a los estándares de calidad establecidos por las normativas de la Sunedu.

La razón de ser y existir de la universidad no está en el debate público actual, tampoco el tipo de universidad que el pueblo peruano necesita para cubrir sus necesidades de ciencia, tecnología y educación. En ese sentido, a mi juicio, la universidad como institución se aleja de los intereses de los pueblos. Uno de los aspectos en los que resulta necesario insistir es la interculturalidad como eje transversal en las políticas universitarias nacionales y al interior de cada una. Un enfoque intercultural permitiría ensanchar las fuentes teóricas para encontrarnos con otras academias, además de las norteamericanas y europeas, abriéndonos a otras epistemologías con basamento en las culturas de nuestros pueblos originarios, para contar con otras aproximaciones al mundo para alcanzar la vida buena o el buen vivir.

De alguna forma, son las y los jóvenes a través de los movimientos estudiantiles los que han ido modificando las políticas universitarias luchando por reformas, como hace cien años con las reformas de Córdova, en este milenio con agendas de inclusión, democratización, coberturas, servicios, entre otras. Son ellos y ellas los que hacen posible los cambios de la universidad.

Es ese camino, las y los estudiantes indígenas quechuas y amazónicos de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya han generado de manera autogestionaria una revista académica en quechua, cuya sola existencia interpela la producción académica. No es en castellano ni en lengua extranjera ni es liderada por docentes universitarios, con lo cual es improbable que logre alguna indexación, pero es una revista académica, en tanto se genera como resultado del desarrollo del pensamiento crítico en la comunidad estudiantil y constituye un aporte para el pensamiento y la transformación de la sociedad. La revista Ñawray es en sí misma una expresión de resistencia a las formas colonizadoras del conocimiento. Ñawray, que podría traducirse como diversidad, es una forma de re existencia de las y los jóvenes autoidentificados como indígenas en esta universidad. Ñawray es una reivindicación de la lengua quechua en el año internacional de las lenguas originarias y evidencia nuevamente que el pensamiento científico se desarrolla en todas las culturas y lenguas.

Vuelvo a la reflexión ¿Qué tipo de universidad necesitamos en el Perú? ¿Qué desafíos sociales, éticos y políticos tenemos para enfrentar desde las ciencias a la desigualdad, el abandono y la marginalidad en la que viven millones de nuestros compatriotas?

Lea la columna de la autora todos los viernes en Rpp.pe

Sobre el autor:

Rossana Mendoza Zapata 

Docente de la Escuela de Educación de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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