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23 mayo, 2018

José L. Gordillo, SJ: “Para Ignacio la vida era un espacio de revelación de aquel que le trascendía"

El P. José Luis Gordillo, SJ, estuvo a cargo de la tercera sesión del ciclo de conferencias Fides y Humanitas: claves para inspirar el presente, organizado en conmemoración de los 450 años de la llegada de los jesuitas al Perú. A través de la revisión de la conversión de Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, compartió ideas sobre la espiritualidad ignaciana, centrada en una mística de acción de gracias, cuyas preguntas se mantienen vigentes para alcanzar una experiencia más integrada entre fe y vida.

El filósofo y director del Centro de Espiritualidad Ignaciana (CEI) explicó que la pregunta por el ser es una pregunta fundamental y la clave de la espiritualidad, no solo porque es la interrogante más honesta y antigua que se hace el ser humano, sino porque nace de la admiración que tenemos por el mundo y se torna en nuevas inquietudes: ¿Quién soy yo? ¿Quién dio origen a la vida? ¿Quién es Dios? “La espiritualidad propone pautas acerca del modo en que se relacionan espiritualmente Dios y el ser humano, este último compartiendo la condición de espíritu. El ser humano es un ser espiritual, no porque seamos etéreos, sino porque compartimos esa condición con Dios”, expresó.

Ignacio de Loyola fue un hombre de su época, complejo, a quienes llamaron “El Peregrino”. Creó un eficaz método para la búsqueda de la voluntad de Dios: los ejercicios espirituales. “Para Ignacio la vida entera era un espacio de revelación de aquel que le trascendía. Entendía que solo si vivimos una espiritualidad que conduzca a la toma de decisiones es que podemos llegar a conocer la voluntad de Dios y, evidentemente, ser felices”, señaló el P. José Luis Gordillo, SJ.

El expositor desarrolló el método del P. Ricardo Antoncich, SJ, publicado en su libro “Cuando recen digan padre nuestro”, en 1989, acerca de que la libertad se ubica en tres espacios de intersección humana: Exterior (sociológico), Interior (Psicológico) y Trascendente (Teológico). Estas tres dimensiones permiten alcanzar la verdadera autonomía. Además, compartió la reciente exhortación apostólica del papa Francisco “Gaudete et Exsultate” en la que alerta sobre el riesgo de la autoreferencialidad al preferir no plantearse preguntas que generen angustias, lo cual produce adormecimiento, tibieza, desgaste y corrupción espiritual.

“El mundo nos propone lo contrario: el entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no quiere llorar: prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas” (Gaudete et Exsultate, n.°75)

La siguiente conferencia se realizará el martes 29 de mayo, a las siete de la noche. El conversatorio estará a cargo de Rolando Iberico, Carmen Robles y el P. Jerónimo Olleros, SJ, sobre la educación popular jesuita luego del Vaticano II. El ingreso es libre.

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